«La teoría de los archipiélagos viene a decir que todos somos islas, llegamos solos a este mundo y nos vamos exactamente igual, pero necesitamos tener otras islas alrededor para sentirnos felices en medio de ese mar que une tanto como separa. Yo siempre he pensado que sería una isla pequeñita, de esas en las que hay tres palmeras, una playa, dos rocas y poco más; me he sentido invisible durante gran parte de mi vida. Pero entonces apareciste tú, que sin duda serías una isla volcánica llena de grutas y flores. Y es la primera vez que me pregunto si dos islas pueden tocarse en la profundidad del océano, aunque nadie sea capaz de verlo. Si eso existe, si entre los corales y sedimentos y lo que sea que nos ancla en medio del mar hay un punto de unión, sin duda somos tú y yo. Y, si no es así, estamos tan cerca que estoy convencido de poder llegar nadando hasta ti».
Para el que ha pasado buena parte de su vida encerrado en un manicomio, aunque sea injustamente, como es mi caso, una reacción absurda no tiene nada de particular, aunque eso suponga meterse en líos. La cuestión es que un incidente trivial me trajo recuerdos y viajé al pasado (con la memoria, ya he dicho que no estoy loco).
Por qué decidiría un dentista de éxito acabar con su vida en plena jornada? ¿Cuál es la relación de uno de los pacientes del doctor con su muerte? Le corresponde a Poirot llegar al fondo de la cuestión.
Ruth van Rydock está muy preocupada por Carrie-Louis, su hermana, de modo que le pide a su vieja amiga Miss Marple que se acerque hasta Stonygates, la laberíntica mansión donde vive junto a su tercer marido, Lewis Serrocold, para comprobar que todo va bien. Al llegar, Miss Marple se encuentra en medio de una excéntrica casa, donde conviven bajo el mismo techo una extraña familia y un reformatorio para jóvenes criminales, donde la violencia apenas parece percibirse.
Cuando la vida se detiene de golpe, es el momento de hacer memoria. Es eso lo que siente Noray ante la inesperada muerte de sus abuelos Carmen y Tomás. Tras su funeral, incapaz de afrontar la ausencia de quienes le enseñaron las muchas formas que tiene el querer, se encierra en la casa familiar del pueblo, donde creció y fue feliz. Allí se refugia en las palabras y decide enfrentarse a la novela que lleva años postergando.
Una novela que explora los límites del sentimiento amoroso y a su vez un viaje a las profundidades del alma de una mujer atrapada en una utopía íntima, imaginativa y mortal. Una historia de amor sorprendente y magistral.
En la Barcelona de 1980 Óscar Drai sueña despierto, deslumbrado por los palacetes modernistas cercanos al internado en el que estudia. En una de sus escapadas conoce a Marina, que comparte con Óscar la aventura de adentrarse en un enigma doloroso del pasado de la ciudad.
Marcial es un hombre exigente, con don de palabra, y orgulloso de su formación autodidacta. Un día se encuentra con una mujer que no solo le fascina, sino que reúne todo aquello que le gustaría tener en la vida: buen gusto, alta posición, relaciones con gente interesante.